Tendinopatía Rotuliana o rodilla del saltador

Autor: Ronald Jara
¿Qué es?
La tendinopatía rotuliana o patelar es una patología que se caracteriza por dolor en el polo inferior de la rótula, muy habitual en deportistas, sobre todo en aquellos que requieren de frecuentes y potentes demandas del aparato extensor de la rodilla (cuádriceps). Al igual que en otras tendinopatías, la carga resulta ser determinante en la aparición de esta condición.
Es frecuente en deportes como el baloncesto, voleibol, atletismo, tenis y fútbol, dónde se requieren cargas repetitivas de almacenamiento y liberación de energía (saltos, aterrizajes y cambios de dirección) del tendón rotuliano.
Es muy típico encontrar deportistas que entrenan con síntomas y dolor, lo que afecta claramente a su capacidad de rendimiento. Lo soportan porque a menudo el dolor se reduce tras el calentamiento, pero reaparece o incluso empeora tras el cese de actividad.
Epidemiología:
Los datos epidemiológicos indican que es más prevalente en atletas relativamente jóvenes (15-30 años) y más frecuente en hombres. Estudios indican que el 53% de los atletas con tendinopatía rotuliana se vieron obligados a retirarse del deporte (Kettunen et al, 2002) o que, más de un tercio de los atletas que se presentaron para recibir tratamiento para la tendinopatía rotuliana no pudieron regresar al deporte en 6 meses (J L Cook et al).
Diagnóstico y Valoración:
El diagnóstico se basa principalmente en la clínica del paciente (signos y síntomas), aunque podemos complementar la valoración con pruebas de imagen para realizar un diagnóstico diferencial, sin embargo, exámenes como la ecografía no han resultado determinantes en el diagnóstico de la TR, ya que las alteraciones en la imagen del tendón pueden también estar presentes en sujetos asintomáticos.
Con respecto a la clínica, además de encontrarnos con el dolor en el polo inferior de la rótula, podemos presenciar también dolor sentado, en cuclillas y/o escaleras, aunque estas singularidades también son características del dolor patelofemoral (DPF), por lo cual será importante el diagnóstico diferencial.
La TR ocurre instantáneamente con la carga y generalmente cesa casi inmediatamente (dolor On/off); rara vez, se experimenta en estado de reposo o en actividades de baja intensidad, incluso suele mejorar en ejercicios de calentamiento al ser una patología dependiente de la carga. Además, suele aparecer dolor en extensión de rodilla resistida en cadena cinética abierta.
Es importante también, valorar la irritabilidad del deportista mientras practica las distintas actividades; en dónde disponemos de la escala EVA del dolor, y el cuestionario VISA-P.
Valoración:
- Test de carga:
- Squat monopodal: se recomienda hacerlo en una plataforma declinada de unos 200 sin implicar flexión de cadera. Se puede hacer deslizando sobre una pared.
- Saltos y/o desaceleraciones: si no aparece dolor en el test anterior, deberemos buscar un test de carga más demandante.
- Dorsiflexión de tobillo: menor de 36,50 se relaciona con un mayor riesgo de desarrollar TR (Backman, 2011).
- Estrategias de aterrizaje en saltos bipodales y unipodales: es habitual que pacientes con TR aterricen de forma más rígida, con mayor dominancia de rodilla. Lo que no sabemos es si son adaptaciones previas a la lesión (causa) o se producen como compensación por el dolor (consecuencia). También debemos observar el posicionamiento del tronco, pie y pelvis en dichos aterrizajes.
- Valoración del pie: movilidad dedo gordo y test de Windlass.
- Valoración de movilidad y fuerza de cadera: es posible que una limitación de rotación interna de cadera ( <40,70) y una fuerza en rotación externa reducida predispongan al deportista a sufrir TR (Mendoça et al, 2018).
Diagnóstico Diferencial:
En cuánto al diagnóstico diferencial, hay que tener en cuenta todas las entidades clínicas que se pueden dar en la cara anterior de la rodilla (Cummings et al, 2019):
Algunas de las patologías que debemos descartar son:
- Tendinopatía cuadricipital (asociada a flexión profunda).
- Tendinopatía porción media (traumas directos).
- Síndrome de dolor patelofemoral (dolor difuso, asociado a actividades de baja carga).
- Afectación de la grasa de Hoffa (extensiones repetidas en rango final).
- Articulación Tibiofemoral (hiperextensión).
- Plica sinovial (sensación de rotura).
- Lesiones de estrés o fracturas.
- Lesiones osteocondrales (derrames).
- Bursitis de la pata de Ganso.
- Dolor referido.
- Lesión meniscal.
- Bursa infrapatelar.
En el deportista más joven también deberíamos descartar:
- Osgood Schlatter.
- Síndrome de Sinding-Larsen-Johanson.
Tratamiento:
El tratamiento, al igual que en otras tendinopatías, se basará principalmente en el ejercicio terapéutico y la monitorización de cargas, esto complementado con terapia manual (no aislada) y educación sobre dolor. Cook en 2018, recomendó una serie de pautas que NO deberíamos seguir para el tratamiento de las tendinopatías:
1. Reposo completo | 6. Estirar el tendón |
2. Prescripción ejercicio incorrecto | 7. Masaje de fricción |
3. Basar el tratamiento en terapias pasivas | 8. Usar imágenes del tendón para el diagnóstico y pronóstico |
4. Infiltraciones | 9. Preocuparse por rotura |
5. Ignorar el dolor del tendón | 10. Acelerar la rehabilitación |