Pubalgia del deportista u osteopatía dinámica de pubis

Autor: José Manuel Rubio Pablos

¿Qué es?

La osteopatía dinámica de pubis (ODP) es una patología inflamatoria de la sínfisis del pubis y de todas las estructuras que la recubren (cápsula articular, ligamentos, tendones). Además de estos nombres se la conoce también como osteítis de pubis, pubalgia del atleta, dolor inguinal relacionado con el aductor y lesión inguinal relacionada con el deporte.

¿Quién la sufre?

La osteopatía dinámica de pubis es frecuente en deportistas que realizan carrera y que además realizan multitud de cambios de ritmo y dirección, así como los golpeos, por lo que suele aparecer en futbolistas, jugadores de rugby, baloncesto, entre otros.

la incidencia lesional de la población deportiva en general se encuentra entre el 0,5 y el 7% de todas las lesiones deportivas
1,2,3.

El diagnóstico habitualmente se suele retrasar en el tiempo, pero es fundamental para evitar la cronicidad de la lesión y provocar que el deportista esté fuera de los terrenos de juego gran parte de la temporada.

En el curso normal de la patología el deportista refiere síntomas en la región aductora, que aparece durante y tras la práctica deportiva, poco a poco el dolor aparecerá ante movimientos cada vez menos intensos, como pueden ser salir o entrar del coche, evolucionando hacia un dolor suprapúbico en la inserción del músculo recto abdominal, pudiendo irradiarse hacia la región inguinal profunda, los testículos o la región lumbar o glútea.

Diagnóstico:

El gold estándar (la prueba por excelencia) para el diagnóstico es la exploración física, pero podemos ayudarnos de las pruebas de imagen complementarias como son la radiografía, ecografía, o resonancia magnética para observar la situación que presentan las diferentes estructuras implicadas en la patología.

En la exploración física, la región púbica se encuentra sensible a la palpación, con una consistencia blanda, siendo esta dolorosa y pudiendo presentar inflamación.
El test por excelencia es el «squeeze test», donde el paciente tumbado boca arriba y con las piernas flexionadas, comprime el puño del terapeuta colocado entre las rodillas, si aparece dolor en la sínfisis del pubis al realizar la compresión es un test positivo.

Rodríguez y compañeros en el 20014 presentan una clasificación clínica de la ODP en 4 fases, la cual varios autores toman como referencia para denominar los estadios evolutivos de éste cuadro

Fase I: los síntomas son unilaterales, preferentemente en la extremidad dominante, y se presenta como un dolor inguinal y referido a la musculatura aductora. El dolor es de características mecánicas, desaparece después del calentamiento previo y reaparece después del entrenamiento4.

Fase II: los síntomas son bilaterales, el dolor se localiza en la región inguinal y a lo largo de la musculatura aductora. El dolor también puede ir focalizándose en la región suprapúbica si ha comenzado el tratamiento y por lo tanto mejoran los síntomas propios de la musculatura aductora. El dolor aumenta después de cada sesión de entrenamiento4.

Fase III: los síntomas son bilaterales, el dolor se extiende a la zona suprapúbica y abdominal. Presenta dolor durante el entrenamiento, sobretodo al chutar, esprintar, pivotar, saltar y habitualmente no puede cumplir los objetivos del entrenamiento y debe abandonarlo4.


Fase IV: El dolor es generalizado y acostumbra a irradiar a la zona lumbar. Aumenta al caminar y/o defecar. El paciente relata limitaciones para realizar pequeñas tareas de la vida diaria4.
En cuanto a las pruebas de imagen, podemos ayudarnos principalmente de 4 herramientas:

Radiografía simple (Rx): En la radiografía podemos encontrar irregularidades en los márgenes de las ramas y de la sínfisis del pubis, en la zona de inserción de los aductores y de la musculatura abdominal.

Gammagrafía ósea con tecnecio: Es una prueba realmente válida para el diagnóstico precoz, ya que una hipercaptación en la región de la sínfisis puede poner de manifiesto un incremento del metabolismo en la región. Por desgracia nuestra práctica clínica diaria nos demuestra que es una prueba que se usa poco.

Ecografía músculo-esquelética: Es una herramienta de gran valor, ya que nos permite ver en directo, con el deportista, la integridad de las estructuras que conforman la articulación, nos permite descartar patología músculo-tendinosa y el estudio de los canales inguinales, pudiendo descartar una patología inguinal herniaria (la hernia del deportista).

Resonancia magnética (RM): Es la prueba que más información nos da, nos permite ver signos claros de patología como pueden ser el edema óseo en las ramas púbicas, la presencia de edema o líquido intraarticular y sobre todo, nos permite realizar un diagnóstico diferencial con otra patología sobre todo la entesopatía de los músculos aductores y del músculo recto abdominal.

Tratamiento:

Una vez confirmado el diagnóstico, se debe realizar una exploración funcional exhaustiva del deportista. Al tratarse de una patología compleja, se deben analizar multitud de segmentos tanto del miembro inferior como del tronco, en el que debemos incluir el análisis de la estabilidad lumbopélvica, la movilidad, estabilidad y fuerza de ambas caderas, así como analizar biomecánicamente y a ser posible, con grabación de vídeo, el gesto deportivo del deportista, para poder así iniciar un programa de readaptación deportiva acorde a las necesidades del mismo.

En primer lugar recomendamos realizar reposo deportivo, entendido como cancelar la práctica deportiva de competición (el tiempo variará dependiendo de la gravedad y de la situación del deportista, la edad… entre 3-4 semanas y 5-6 meses), nunca realizar un reposo absoluto, se debe de realizar el ejercicio de forma planificada y siguiendo los objetivos que se han planteado en el anterior análisis.

Es fundamental el trabajo de fuerza isométrica de la musculatura abdominal, suelo pélvico, musculatura aductora en fases iniciales, para luego prolongar a ejercicios que impliquen una biomecánica más compleja con palancas más largas y diferentes velocidades, acercándonos cada vez más al gesto deportivo que nuestro deportista va a requerir.

En ocasiones en los que el tratamiento conservador no ha solucionado el cuadro es de utilidad la infiltración de corticoides. Siendo la última opción la cirugía, en la cual no hay un consenso real entre la tenotomía del músculo aductor largo, el curetaje de la sínfisis del pubis o la artrodesis de la sínfisis púbica.

Por supuesto, no debemos olvidar la importancia del manejo multidisciplinar de la patología, el trabajo fisioterapeuta-médico debe ir en la misma línea de trabajo en pos de la mejora del paciente.

En RP CLINIC ·Centro de Fisioterapia Avanzada· somos fisioterapeutas especialistas en el diagnóstico y tratamiento de este tipo de patologías, cuéntanos tu caso, estaremos encantados de poder ayudarte en tu proceso de recuperación, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

Bibliografía

1) Pauli, S., Willemsen, P., Declerck, K., Chappel, R., & Vanderveken, M. (2002). Osteomyelitis pubis versus osteitis pubis: a case presentation and review of the literature. British journal of sports medicine, 36(1), 71-73.

2) Waldén, M., Hägglund, M., & Ekstrand, J. (2005). UEFA Champions League study: a prospective study of injuries in professional football during the 2001–2002 season. British journal of sports medicine, 39(8), 542-546.

3) Ekstrand, J., & Ringborg, S. (2001). Surgery versus conservative treatment in soccer players with chronic groin pain: a prospective randomised study in soccer players. European journal of sports traumatology and related research (Testo stampato), 23(4), 141-145.

4) Rodriguez, C., Miguel, A., Lima, H., & Heinrichs, K. (2001). Osteitis pubis syndrome in the professional soccer athlete: a case report. Journal of athletic training, 36(4), 437.

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